Mi nombre es Carlos Enrique Acevedo Pérez, y este año 2011 cumplo una década (la primera) en aprender, desarrollar y profesionalizar una hermosa labor social: el compartir la lectura, ese gusto privado, a través de la narración oral o cuentacuentos.
Y justamente, este año, celebrando una década de oficio, encontré en mi comuna de residencia, Cerrillos, la posibilidad de compartir lo aprendido. Ha sido una iniciativa del Departamento de Cultura de la Ilustre Municipalidad de Cerrillos y la Biblioteca Pública de Cerrillos. Esta biblioteca bicentenaria es un espacio privilegiado para el desarrollo de actos culturales, su colección de libros a disposición de los usuarios es variada y de excelencia, pero se necesitaba promocionar estas características en la comuna toda. En este primer año nos hemos concentrado en los cursos del primer ciclo de las escuelas municipales para que conozcan las dependencias, la oferta de libros y servicios, los horarios y los requerimientos de inscripción. Así es que el municipio puso en funcionamiento un programa que contempla el comprometer a las Jefas de unidad técnica pedagógica con la disposición de los niños a salir de su escuela, llevarlos en bus municipal a la biblioteca y junto con la directora de esta, la Sra. Teresa Rubio, brindarles un recorrido informativo y lúdico sobre todo el funcionamiento interno y hacia el público en general de la biblioteca. Los niños disfrutan de los espacios, de las explicaciones, se les satisface sus dudas y se los deja en contacto con los libros de su interés. Esta visita de dos horas pedagógicas termina con una presentación de cuentacuentos. Es el “postre” para ellos, en un espectáculo que contempla la narración oral, el uso de el libro-albúm y juegos de motricidad fina y gruesa entre cuento y cuento para entusiasmarlos a abordar los libros desde donde he recogido los cuentos que narro.
Este estimulo a la lectura es lúdico y no contempla más que el crearles una instancia recreativa, pero formativa del uso del libro y la biblioteca como una posibilidad concreta. Está todo dispuesto ahí, falta descubrirlo y en eso he colaborado. Las inscripciones de las familias de los niños ha ido en aumento, y los préstamos de libro a domicilio responden al interés familiar en cada uno de sus integrantes. El desafío es poder, ahora, extender este tipo de actividades a los cursos pre-escolares y los del segundo ciclo, porque es fundamental insistir en esa edad que es cuando se construye el hábito de leer, una experiencia que enriquece el intelecto y el alma de los hombres y mujeres.
